En esta granja venden patatas, cebollas, huevos y flores. Me encanta ir en bicicleta. Hay una habitación donde tienen sus productos para vender, la puerta está siempre abierta, nadie dentro. Tomo lo que necesito y pongo el dinero en un agujerito en la pared que dice "geld hier in a.u.b." (dinero aquí por favor).
Este simple gesto que hice muchas veces en una granja de Holanda y que ya hice años atrás en Suiza me deja siempre un gusto dulcísimo de sueño cumplido y esperanza, sabor delicioso a utopía.
Lo saboreo y me permito soñar con el día en que esto sea "lo normal"...
...porque en esta inmensa granja en la que vivimos hay para todos!
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