palabras, músicas y flores

He recibido un regalo de lujo, un cuento.

Lo quiero compartir así, con fecha de nacimiento y dedicatoria, tal como lo encontré.

Escrito por Manolo Ferrero, escritor, cuentero, amigo y mago. Gracias Manu por palabras y flores. 


domingo 13 de febrero de 2011

Lavanda Sonora.

                            Dedicado a Marian. Gracias por ser maestra en el vivir y en el sentir.

Los indios Hopi conocían el poder del fuego. Dyani, joven y bella, amaba la luna y la playa.  De noche se acercaba a la hoguera y al ver las llamas bailar sabía que algo similar habitaba en su corazón. Cuando se llenaba de fuerza, con su vieja flauta de madera de arce tocaba para las estrellas. Las constelaciones se llovían fugaces al son de sus notas y las lechuzas blancas llamaban de puro contento a las hadas y al espíritu del bosque . El mundo entero coreaba su melodía. 

Una noche se llenó tanto de brasas y de lenguas de fuego, que se lanzó a caminar, a dialogar con los sonidos,  los sabores, los tactos y con los olores del planeta. Haría una canción para cada lugar, para cada planta, para cada cielo, para tus ojos que leen esta historia, para los arroyos, para las cataratas... Se volvió un millón de melodías y se mezcló con el viento. 

Cuenta la leyenda que todavía se la escucha cantar en el crepitar del fuego y los que hacen silencio la descubren en sus latidos. Dyani vive feliz. Ha encontrado el amor en los brazos de la magia. Los ancianos dicen que la vieron bailar enamorada en brazos de un gran danzarín cuando el sol se ponía.  Están convencidos: es el mismo fuego que se hizo indio para cuidarla y amarla eternamente.

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